Nos sentimos ajenos al triunfo.
Construimos un hogar, permanecemos a salvo.
Es como una zona de confort el saber
Que por demás está intentar
Cuando sentimos que es inminente la derrota.
Y pretendemos imitar los pasos
De aquella persona que se animó.
Pero a fin de cuentas, no damos
Ese primer paso, que es
El más importante de todos.
Así permanecemos dentro del círculo.
Descartamos las salidas
Porque todo nos encierra
Y nos da miedo desconocer.
Sufrimos, porque no conseguimos nada.
Pero no entendemos que no hacemos algo
Para cambiar, lo que nos está haciendo sufrir.
Así notamos que la vida se nos pasa
Y que no pudimos estirar las raíces.
Pretendemos buscar culpables
Sin entender que la culpa fue nuestra.
Porque no nos arriesgamos.
No nos jugamos el cielo por miedo a perder.
No nos abrimos por miedo a quedarnos
No nos confiamos perdiendo la fe.
Y aquí estamos…