Valiosa charla de hace un tiempo con la conductora radial y ex anfitriona de la televisión
Años atrás, una mujer fuerte en televisión. Hoy, la radio es su lugar. Y es ese su lugar, porque así lo decidió. Ayer la tele la deslumbró. Hoy la radio la deslumbra semana a semana: “La radio te da la libertad de la fantasía, de la imaginación. Pero al mismo tiempo te da la libertad de igualdad. En la radio somos todos iguales, no sabes si el otro es flaco, petiso o está mal vestido. La radio logra esa deseada igualdad social que uno quiere para su país”.
¿Por qué Hanglin es hoy una mujer de radio y no de tele? Seguramente sea porque la TV no es actualmente igual que ayer. Hace más de dos décadas atrás finalizaba la dictadura y surgía una televisión nueva. “Era otra edad. Casi nadie sabía del medio (televisivo). Así que para mí fue muy lindo, fue como empezar una empresa todos juntos”.
Antes de la radio, Hanglin incursionó en la tele. El medio que “en su momento me deslumbró”, pero que hoy no conserva “su esencia de servicio”. Hanglín asegura que la tele cambió: “no tiene contención. Te manda las cosas más terribles como la guerra, y no hay nadie que te ampare”.
En referencia al medio audiovisual, Hanglin dice: “Se descarrió mi ovejita”. Y es esta “ovejita”, según ella, la que permite “contar tres cuentos a la vez. Un cuento lo hace la música, otro cuento lo hace la imagen y otro cuento lo hace lo dicho por la voz”. Y en la tele está la imagen. Y en la tele predomina la imagen. Esto tiene que ver con lo que afirma Hanglin: “Hay límite de edad para el lugar que elegís trabajar en la TV”.
Hanglin explica el porqué de su afirmación sobre el límite de edad en TV: “Si uno elige un lugar de vidriera en la que estás en primer plano, en la que está uno vistiéndose inadecuadamente para la edad que te toca, maquillándote inadecuadamente por la cantidad de arrugas que uno tiene. Entonces, estás agrediendo al que te está mirando, lo estás molestando. Porque estás desubicado y estás obligando a una persona a verte desubicada. Si vos tenés la edad que tenés, mostrá la edad que tenés”.
El límite de edad estaría no en la TV en general. Sino en estar en primer plano. Respecto a quienes tienen que estar en ese lugar, Hanglin dijo: “a uno le gusta ver a los chicos nuevos, a las caras lindas”. De esta forma se “respeta al espectador”, agregó la conductora de radio.
Sin dudas, Hanglin sabe mucho del medio tradicional con mayor audiencia. La nominada en labor radial femenino en los Martín Fierro 2007, llegó a la tele a través de su hermano, Rolando Hanglín, y de una audición que consistió en realizar una nota. El entrevistado fue el actor Alberto Mendoza nacido en 1923. Con esa entrevista, Hanglin cuenta que se llevó “las palmas de oro” y logró que el productor Fernando Marín la tomara para trabajar en un programa en canal 9.
Numerosas fueron las entrevistas realizadas por Hanglin en su programa debut. Con los ojos iluminados habla sobre la entrevista que realizó al actor Natán Pinzón en su casa. Por pedido de ella, el entrevistado se puso unos guantes negros y representó a un personaje de terror. Hanglin recuerda con este trabajo el permiso de Marín de hacer lo “que quería hacer”. Y eso era: “Ser creativa y jugar”.
Hanglin disfruto de la tele. Y disfruta hoy de la radio. Más allá de lo bueno, la conductora experimentó malos momentos: “he pasado tristeza de no tener trabajo, de que no me llamen o me echen”. Hanglin cuenta que hubo casos donde le dijeron: “usted es fenómeno, tiene mucho rating, pero no venga más”. No obstante, Hanglin dice tener “una ventaja muy grande, que tuvo toda la vida, y es tener a Dios adentro. Siempre cuando creo que me voy a ahogar, alguien me llama por trabajo”.
La tele la deslumbró. Hoy la radio. El periodismo es para Hanglin una carrera “muy hermosa”. Una profesión que “le regala una estudiantina con compañeros en cada programa, muy íntima”.
Hanglin, una mujer jovial en su forma de hablar, en sus gestos, en su vida. Una mujer que desde hace más de dos décadas está en los medios de comunicación. Y a ellos les atribuye la capacidad de “hacer un daño o un bien muy grande”.
En los medios se encuentran diferentes objetivos. La meta de la conductora radial con el oyente o televidente se resume en pocas palabras: “serle útil, sería para servirle a uno, en lo que le guste mandar”. En Virginia Hanglin, el periodismo es servicio al público.